TERRIER SKYE
Se dice que el origen de esta raza se dio en el siglo XVII, cuando un navío español naufrago muy cerca de la Isla de Skye, Escocia; entre los supervivientes que lograron llegar a la costa, se encontraban unos perros Malteses, que con el tiempo se cruzaron con los terriers nativos dando origen a la raza como la conocemos.
La Reina Victoria le tuvo gran aprecio a esta raza convirtiéndola en una de las mas populares durante largo tiempo (1800), pero poco a poco fue perdiendo ese toque, hasta que se dio a conocer que un miembro de la raza, de nombre Bobby, visito por años (algunos dicen que mas de 14) la tumba de su amo, Jhon Grayel (policía) hasta que llego su propia muerte en 1872, lo que hizo que el pueblo de Greyfriars volviera la vista hacia estos hermosos perros y los apreciaran por su lealtad y fidelidad incuestionable.
El Skye es un perro alargado y robusto, con cabeza larga y no muy ancha, de fuerte hocico. Las orejas pueden ser erguidas o colgantes; su cuello es largo y un poco arqueado; los miembros tanto los anteriores como los posteriores son cortos y musculados. Su altura ideal a la cruz es de 25 a 28 cm y su peso ronda entre los 7 y 9 Kilogramos. Su pelo es largo, lacio y puede ser de color negro, gris oscuro o claro, cervato y crema.
Suele ser un perro muy fiel y leal, aunque requiere constante educación y un poco de mano dura, debido a su carácter obstinado; requiere libertad y no aguanta mucho el encierro.
Respecto a cuidados es necesario un cepillado constante, ya que tiende a enredarse y enmarañarse.
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